La insensatez.
Desafíos que apuntan sus voraces ráfagas en busca de la mente, hacia los ojos, hacia los huesos.
Quisiera atrapar el tiempo.
Someterlo, aniquilarlo, retorcerlo con su misma impertinencia.
Tiempo... que palabra tan ordinaria, me repugna me revuelve las entrañas, me inyecta de rabia, de impotencia, de tristeza.
Y estás.
Y eres.
Cobarde! Porque aún sin poder verte, sin mostrarte como realmente eres, vas marcando los pasos de este infame minué.