lunes, 29 de octubre de 2018

Noche de perros

Conseguir gafas de sol y disfrutar de la noche engamuzada sin opinión del corazón, mientras libros caen, libros caen, caen libres y deslumbran en su eterno deshojar, solo libres frente quien alguna vez fue el jolgorio de una chamizada.

Al instante se cuadrícula la palabra, bambolea entre las rejas y no retorna a su principio, escapa y es inútil detenerla, vive en la penumbra.

Frascos, cristales cataráticos que guardan en sus panzas alargadas y oblicuas, remembranzas de un ayer sin remedio, de un ayer construido con risas, estabienes y lamentos.

Desconectada, dentro de una sensación a mariposas negras arremolinadas en la esperanza, lucha contra su templanza, con sus dedos retira la amarillenta gaza que la ahoga y marchita y entonces...

De lo audaz a tu brillo. Pastillas pastillas cura milagrosa para desenvolver la sien, hasta que todo se desvanezca en la madrugada.

sábado, 4 de agosto de 2018

Las Rochunas, o las monedas falsas de la ceca de Potosí

Enclavado en el lugar denominado por Carlos I de España como Villa Imperial de Potosí, se avista imponente hasta nuestros días el Cerro Rico de Potosí, o Sumac Orko en lengua nativa, al que se considera una legendaria montaña argentífera, que desde mediados del siglo XVI hasta mediados del XVII, fue la mina de plata más grande del mundo.

De este “cerro hermoso” se desprenden algunas leyendas, una de ellas relata que en el siglo XV, el inca Huayna Capac estimó que en las entrañas de ese monte existía un precioso metal y mandó a sus vasallos sacarlo de la tierra; estos, al encontrarse en gran faena escucharon un bramido desde el interior de la montaña “Potoj” y una voz que les decía: “No saquéis la plata de este Cerro, porque es para otros dueños”. Los súbditos del inca salieron despavoridos gritando “Potocsi, Potocsi” que en su lengua quería decir “dio un gran estruendo”.

Otro relato refiere que este cerro fue descubierto (¿re descubierto?) hacia 1545 por Diego de Huallpa, indígena quechua que estaba al servicio del conquistador Juan de Villaroel. Huallpa perdió una de sus llamas mientras su tropilla pastaba en las faldas del cerro y al ir a su encuentro cayó el día. Para poder soportar el extremo frío de la noche encendió una hoguera y a la mañana siguiente, encontró entre los restos de la pira unos hilillos metálicos brillantes. A partir de entonces nació una intensa explotación en busca del tesoro que escondía la pacha mama.

Es en un sitio aledaño a este sagrado lugar, donde se fraguó una historia de estafas y desvergüenza, que se relata a continuación.
Con la conquista española, vinieron desde ultramar nuevas costumbres, nuevos alimentos, nuevos animales y también una nueva forma de “intercambio” a través del uso de monedas, pequeños pedazos de metal generalmente acuñados en forma de disco.

La primera ceca o casa de moneda de lo que hoy es Sudamérica se estableció en Lima, Perú, en 1568, pero al poco tiempo fue trasladada primero hacia La Plata -actual ciudad de Sucre en Bolivia- y luego a Potosí, lo cual supuso una ventaja, al encontrarse cerca del lugar de extracción y producción del mineral con el que las fabricaban, es decir, del mítico Cerro Rico. Fue en esta casa de moneda, donde a mediados del siglo XVII, se urdió el más grande fraude que sufrió el virreinato, que se vio “remecido por un escándalo de proporciones nunca antes vistas en una ceca americana”, que trascendió incluso hasta llegar al viejo continente.

Llamadas “macuquinas” las primeras monedas acuñadas en el nuevo continente, eran “trabajadas a golpe de martillo, cortadas irregularmente con tijera y selladas en cospeles de plata”. Esta forma de elaboración hacía que las mismas pudieran ser fácilmente adulteradas, al no contar con un formato regular, y es lo que durante un tiempo considerable sucedió.

Ya desde principios del XVII se conocían irregularidades en la acuñación de las monedas de plata en la ceca de Potosí, relacionadas con el incumplimiento de las normas establecidas en cuanto a fineza y peso. En concreto, durante el virreinato de Francisco de Borja y Aragón, entre 1618 y 1619, se contemplaron algunos signos de fraude, lo cual fue inútilmente comunicado a las autoridades peninsulares, que no hicieron mayor caso, aun cuando en 1623 en la Casa de la Contratación de Sevilla se realizó un ensaye en el que se evidenció una “preocupante falta de ley en las monedas procedentes de Potosí”. Estas anomalías continuarían en los siguientes mandatos, de un lado porque eran tapadas por los propios perpetradores del engaño, y de otro, porque los diferentes conflictos internos y externos que hubo de enfrentar Felipe IV en España le impidieron otorgar al tema la importancia que merecía.

Finalmente, el 15 de marzo de 1648, la Corona ordenó una investigación oficial, que sería llevada a cabo por Francisco Nestares Marín, Presidente de la Audiencia de Charcas, el más alto tribunal de apelación de la Corona española con sede en la ciudad de La Plata, quien luego de una exhaustiva pesquisa pudo determinar la causa, el alcance y los implicados de tremenda estafa.

Nestares Marín, formado en la inquisición, cuyo interés no se ligaba a la religión sino a la contabilidad, se instaló en la propia Casa de Moneda, y desde allí, inició una inteligente investigación criminal, reuniendo con paciencia los testimonios de los esclavos negros, integrando hechos y encajando contradicciones, hasta averiguar que, efectivamente, se reducía la pureza de las monedas y que la trama se maquinaba desde el poder y con la complicidad de muchos.

Esto ocurría bajo el gobierno del decimo quinto virrey del Perú, el marqués de Mancera (1639-1648), cuyo oidor Robles de Salcedo ya había efectuado previamente una inspección en la casa de amonedación encontrando irregularidades que, a pesar de ser comunicadas al virrey, no tuvieron mayor repercusión que la simple deportación de algunos ensayadores.
Nestares descubrió que a la cabeza del enredo estaban el ensayador Felipe Ramírez de Arellano, responsable de verificar la ley, fino o contenido intrínseco de los metales, y sobre todo, el industrial Francisco Gómez de la Rocha, abastecedor del precioso metal a las cecas, y allegado del virrey Mancera, con quien se contactaba a través de una criada de este último y a su vez pariente del industrial. Esta relación que se encuentra documentada, así como la manera de expresarse el virrey sobre el mencionado proveedor de metales, hace suponer que la adulteración de moneda se forjaba a vista y paciencia del gobernante.

El extremeño de la Rocha, “bizarro soldado aventurero que, a fuerza de tentar a la suerte y aprender a sacar partido del arte del embuste en asuntos crematísticos”, se ocupó en un inicio en el comercio de coca, proporcionada por una india que fuera su amante, labor que le forjó una cuantiosa fortuna. Adquirió posteriormente derechos de explotación minera y luego de alguno que otro traspié, comenzó a disfrutar de un notable patrimonio en muy corto tiempo. Con ello logra postularse para ser alcalde de la ciudad “al amparo de las amistades tejidas con la nobleza del lugar”. A partir de entonces, a decir de Fernando del Rosal, “le nació la filantropía, y donaba dinero a la Iglesia Católica, derrochaba su riqueza en festividades religiosas, vestía ropas de príncipe y se hacía acompañar de una cohorte de civiles, como el séquito de súbditos de un monarca.”

Una vez desenmascarado el escándalo, el pueblo comenzó a denominar a las monedas de baja ley que fueron parte de este contubernio como “rochunas”, dejando así para la historia el nombre de un noble, no tan noble, señor.

Las fallas detectadas registraron faltantes de hasta el sesenta por cien del fino en las monedas, las cuales que tuvieron que ser reducidas en su valor, las de ocho reales a cuatro y en misma proporción las de más bajas denominaciones, quedando devaluada la moneda potosina, y afectada en consecuencia la economía española. Las Casas de Moneda se vieron obligadas a emprender una veloz y esforzada labor de fundición y reacuñación de la moneda perulera.

La intriga concluyó con la condena a muerte tanto de Francisco Gómez de la Rocha cómo de Felipe Ramírez de Arellano. Nestares Marín cumplió con su misión, no porque se lo pusieran fácil pues a punto estuvo de ser envenenado por una esclava bajo órdenes de Gómez de la Rocha, sino por su obsesivo denuedo que le llevó a vencer obstáculos, dificultades y amenazas.

En 1654, casi 30 años después de que se iniciaran las prácticas ilegales en la colonia española, Gómez de la Rocha fue ejecutado a garrote y expuesto su cuerpo a la vista pública. La confiscación de todos sus bienes no pudo suplir la pérdida monetaria de la Real Hacienda. Por su parte Ramírez Arellano fue llevado a la horca. Un siglo después, en el “Resumen de los once cuadernos de los autos de la visita del señor Pedro de Tagle” se encuentra detallada la pena sufrida por éste y dice: “A esto sigue la sentencia pronunciada sin que conste de la fecha a condenar a que dicho Phelipe Ramíres fuese sacado de la prisión en que se hallaba y que por las calles acostumbradas fuese manifestado su delito (el qual ezpressa en la cavesa del processo fue por el mal uso de su oficio de ensaidor y la falsa moneda que labró) y después llebado a la horca de tres palos de la plaza pública de Potosí, y que fuese ahorcado, y que cortada después su cabeza se pusiese en un Escarpio sobre las puertas de la Casa de la Moneda de donde no fuese quitada vajo de varias penas que expresa: y assi mismo le condena en perdimiento y confiscazión de sus bienes para el fisco”.

Los habitantes del Nuevo Mundo constataron así la autoridad e influencia del rey, a pesar de la distancia.

Máster en Pericia Caligráfica y Documentoscopia (online), UDIMA – Fundación Behavior & Law

Microcuento inconcluso

Decline de inmediato el juego de baraja, hágame el favor!  Ahora es cuando debemos hacer la retirada. Ha encontrado el amor y bien sabe que dentro de este pasatiempo al que llamamos vida no es posible hacerse de los dos.

Mire que tengo una buena mano, con esta no fallaremos, además aún nos queda por apostar el gato.

Que no ha entendido usted? Que lo comen vivo si es menester. Sea cauteloso. Divaga... divaga mucho y eso asusta.

No es que divague, es que me encuentro analizando la jugada perfecta. La tengo!

Bravo! Entonces no perdamos más el tiempo, muestre ante la audiencia esa maravilla.

Shh, qué nadie debe enterarse. 

Ah, esta bien. Va a esperar a que todos apuesten para develar sus cartas?

Cartas?

Sí! Sus cartas, la jugada perfecta, la buena mano,  la que nos hará recuperar todo lo que hasta ahora hemos perdido.

(Silencio perturbador, alrededor solo se respira un ambiente viciado de cigarro, aliento etílico y un puñado de mala vibra.)

Se ha puesto pálido. Qué sucede?

Traiga a Timoteo...

Qué? No. No es posible. P p pero... Dijo tener una buena mano. No! El gato no!

Yo me refería a Carmela. Por fin he dilucidado la jugada perfecta para hacer que ella me quiera.

No es posible! Lo vé? Se lo he dicho y usted no ha querido hacerme caso. Mujeres, que cosa con ellas. La tal Carmela ni sabrá ni le importarán sus sentimientos y usted aquí como un bobalicón dejándose perturbar por ella y dilapidando todo cuanto tiene.

Miau, miau, miaaaaauuuuu.

Lo vé? Hasta el pobre Timoteo está angustiado. Quién sabe que harán con el pobre, si hasta puedo verlo ahí en la vitrina, convertido en cuerdas de violín... 

Basta! Ya encontraremos una forma de salir de esta. Entrégueme el gato, luego se lo robaremos.

Está usted demente? Veo que la ginebra se le ha subido a la cabeza. Pensar en robar el gato...

Entonces corra. Si es posible vuele, que si no, hoy nos linchan.

Y la buena mano? Qué sucede con su buena mano.

lunes, 23 de julio de 2018

Vicisitudes de un lunes sin sol (Simplón)

Hay dos clases de individuos.
El uno, aquel que construye poco a poco y en silencio, ayudándose de conocimientos y esfuerzos  acumulados a través de los años, un puente para beneficiar al otro (entendiéndose por varios otros).

 Y hay aquel que se cree el otro (entendiéndose por un único otro) y se beneficia tozudamente (aprovechador se puede leer entrelíneas) del silencioso, mientras grita a los cuatro vientos atribuciones ganadas por sorna.

Pero cuando debe dimensionar y colocar como se debe: listones de hierro, argamasa, durmientes y todo aquello con lo que se erige un puente, viene sinvergüenza a querer arrebatar sapiencias y esperar que el silencioso regurgite lo que le ha costado años experimentar, y de no hacerlo, lo lleva vendado hacia el paredón, donde acribillan su ànima-conciencia y no conformes con ello, le estampan además, la etiqueta de malo, de truhán, de fulana, de amarguete; todo esto en uno de los entremeses de la gran obra llamada vida.

martes, 12 de junio de 2018

Del muna y sus demonios incomprendidos.

A pocos días de cumplirse un mes de la inauguración del tan esperado (por benefactores, bienhechores, detractores, críticos envidiosos y simpatizantes)  museo nacional, logré hacer un pequeño espacio; dejando a un lado las transformaciones laborales y sus intrínsecos papeleos, para visitarlo (de pasadita) mientras hacia tiempo para asistir a otros compromisos pendientes.
Y es que la curiosidad me escocía las entrañas, no por la campaña mediática del muna si no por el dime y direte que se entrecolaba  en mis redes interactivas gracias a amigos, a "amigos" y a no amigos que posteaban sus experiencias positivas y negativas entorno del museo.
Luego de un paso fugaz de aproximadamente una hora (efectivamente la hora más corta de la historia) son varias las percepciones sentidas en torno a esta institución cultural que se abre paso, tal vez de manera incomprendida en un mundo de globalización, memes y expertos opinólogos (incluida quien suscribe).
Antes que nada.... Es muy probable que una de las cosas que deben envidiar otros museos es que a este, el público tiene que volver porque  tiene que volver; de lo contrario, o arma un plan de unas 3 o 4 horas acompañado única y exclusivamente  por un experto mediador que brinde guianzas especislizadas, o si no se va sin comprender casi o casi que casi nada. Eso sí, tomandose las acostumbradas selfies que acrediten su participación cultural y emotiva, en el anhelado "catalizador de pluris, multis y soberanías".
Pero entonces iniciemos el recorrido a través de una consabida  mirada "imparcial" ¿? y sarcástica que tiende a maldita sea caracterizarme...
Empecemos por el principio. Como no fue algo planeado y como ya lo había mencionado, pocas horas más tarde tenia algo si que spseudo planeado, vime entrando un tanto ataviada y elegante, a no ser la mochila que me acompañaba. Inmediatamente las señoritas de la recepción se presentaron prestas a darme las respectivas indicaciones antes de iniciar mi periplo... Con mapa en mano una de ellas  iba y venía señalando con un esferográfico por cada sitio por el que debía movilizarme. Mientras me contaba todo lo que encontraría y como estaba distribuido, recordé que aún mantenía colgado al cuello el gafete que me delataría en mi visita bajo perfil como común de los mortales, libre de crítica curatorial, museográfica, consevacionista, y de rompepelotas. Sutilmente como quien no quiere la cosa retiré mi credencial y con ella todas las trabas del "buen profesional". Como mencioné no fui como cualquier cosita, por ello creo, la señorita se ofreció incluso acompañar mi vsita, le comenté que no disponía de mucho tiempo pero que sí deseaba su guianza.
Entonces todo empezó. O no... Antes de adentrarnos a las salas, nos estacionamos en una especie de círculo de imagenes proyectadas, simpática instalación. Mientras miraba las imágenes un silencio incómodo se avecinaba entre público y mediador... ella sin qué decir, yo sin qué escuchar.
Posteriormente nos dirigimos a la primera sala. Interesante, luego a la segunda. Muy interesante. Después a la tercera. También interesante.
Ahí tuve que hacer un corte y darme cuenta que había gastado casi todo el tiempo del que disponía y ni siquiera salía de la primera planta. Entonces le dije a mi lazarilla que vayamos un poco bastante más rápido,  únicamente para tener una idea de lo que había y en otra ocasión con más tiempo y sin vendas y bastón saber donde ir.
Cuando me dirigí al ultimo habitáculo del primer y medio piso,  donde lo primero que te señalan es el sol mientas uno se maravilla con otras piezas, esperaba poder seguir con el recorrido pero oh sorpresa para continuar la visita debía ir por sobre mis pasos para acceder al segundo piso. Al parecer cosas de habitats y demás me supieron decir.
Para este momento mi acompañante-guía estaba más preocupada que yo de mi tiempo y al parecer deseaba terminar ahí su trabajo, pero le pedí me acompañase en un recorrido precoz a los otros pisos y así lo hicimos. Brevemente me explicaba de una u otra obra, de como unas hablaban con las otras, de como se encontraba lo femenino en contraposición de lo masculino.... etece etece.
A continuación pasamos al área lúdica. Haciendo una pausa sugerente mi guía me comentaba que todos paran ahí para la respectiva selfie e interacción...  yo en cambio aligeraba el paso sugerentemente a otra sala, en vista de que no me parecía oportuno el tomar registro de un "foreveralone".
Las siguientes salas en la lista son dos temporales que miré desde fuera, como si de fisgonear se trata el asunto. Muy coloridas y animosas se presentaban frente a mí, probablemente por ellas regrese pronto, ya que al parecer estarán hasta diciembre.
Luego de esta larguísima introducción voy a las conclusiones, evitando decir mucho y a la vez gritándolo todo,  con la finalidad de que aquel que se haya atrevido llegar a estas líneas, no tenga idea concreta de lo que se enfrenta en el muna, sino que sea el anzuelo para que vaya y experimente....
Y es que ese es otro de los plus del muna.  El sacar una experiencia. Buena,   mala,  bochornosa, investigativa, amistosa, casual, pluri,  multi y  soberana, divertente.... La idea es remover y creo que lo ha logrado.
También se ha puesto en duda su carácter de museo nacional.... Ya sea porque no se encuentra una cronología  (queeee????) O porque se presenta muy arraigado el indigenismo (pensamiento que comparto. Parece una oda al indígena) y no las comunidades afro que son poco representadas (de acuerdo en parte) o porque los curadores y museógrafos han dispuesto las obras de tal manera que se encuentra arte colonial convergiendo con el republicano e incluso el moderno y contemporáneo con los otros, (haciendo uso de un recurso en extremo interesante y de reflexión llamado dialéctica) y esto rompe lo que un museo nacional debe presentar?
Pero y no sería mejor romper con la idea arcaica (si es así que es un museo nacional o simplemente hemos mal interpretado el concepto) de museo nacional? Y dejar de querer todo desmenuzado para poder hacer buena digestión? Creo que el muna apostó relativamente bien a su puesta en escena, tal vez requiera a futuro uno que otro ajuste, dentro de los cuales incluir también a los mestizos que estamos y no estamos y a otros colectivos y grupos sociales, que se los vio de refilón pero de los que hay suficiente tela que cortar, que esperemos sean actores de propuestas futuras.
Y a fin de cuentas, este demonio incomprendido no refleja lo que somos como sociedad?? No somos esa "mezcolanza incongruente de diversidades yuxtapuestas que convergen dentro de un entorno pacato y modernicionista que elude a una sociedad en transición, vulnerable, simplista, adormecida, pero a la vez opresora, vanguardista, sublime y como eje transversal inconformista y quejumbrosa en mayor o menor medida???? (lo cual para mí no tiene nada de malo, al contrario.)"
Para concluir ahora sí, luego de varios intentos en estas reflexiones, me quedo con la siguiente idea: el muna puede ser un festín, pero que en solitario y de un solo bocado, no es digerible....
Hasta la próxima muna!

¿Qué huella dejamos a nuestros hijos?

  Sé que muchos no leerán la siguiente lista de enunciados y reflexiones, pero para aquellos a los que llamé su atención, les insto a que le...