martes, 28 de abril de 2020

LA BACANTE Y EL FAUNO, ENTRE LA VANGUARDIA Y EL ESCÁNDALO



La postal denominada La Bacante – Guayaquil-Ecuador, forma parte de la colección filatélica César Molestina Oquendo del Museo Numismático del Banco Central del Ecuador. En ella se puede apreciar impresa la obra escultórica La Bacante y el Fauno del “poeta modernista y escultor” quiteño Luis F. Veloz (1884 - 1959).
Esta escultura ejecutada en mármol fue encargada al artista por el Ilustre Concejo Municipal de Quito. Su creación se llevó a cabo en la ciudad de Roma, donde Veloz se encontraba como becario de Bellas Artes, patrocinado por el gobierno liberal.
A decir de Manuel Cabeza de Baca, amigo del artista, Luis Veloz fue “uno de los iniciadores de las nuevas tendencias literarias […] En lo literario, como en lo político y en lo social, solía decir, las revoluciones y reformas las hacen los atrevidos y los audaces”.
Bajo este punto de vista, Veloz también fue atrevido y audaz en la ejecución de su obra escultórica La Bacante y el Fauno. Su inspiración estaba atada a la imagen de Tórtola Valencia, bailarina española que a principios del siglo XX se presentó en ciudades de América, incluyendo Guayaquil, donde hizo gala de su hermosura y sensualidad.
Para el historiador Alejandro Guerra Cáceres, esta obra en la que converge sensualidad, erotismo, sátira y complicidad, posiblemente sea la primera escultura vanguardista que llegó al país, ya que “antes de el Fauno y la Bacante solo existían esculturas cívicas, monumentos a héroes y próceres”, traspasando de esta manera los límites de lo que se consideraba moral para ese entonces.
En 1919, una vez concluida la obra, esta llegó a Guayaquil donde sería recibida por autoridades capitalinas. Se dice que al verla, los mandantes desaprobaron su traslado a Quito amén de considerarla obscena; mas existen registros fotográficos que evidencian lo contrario mostrándola ubicada en el parque de la Alameda, con lo cual se puede asentir que posteriormente fue regresada a Guayaquil para situarla en la Plazuela Montalvo (actual parque Juan Montalvo).
Con motivo de la conmemoración de la Independencia de Guayaquil, la figura fue develada el 09 de octubre del mismo año, siendo de igual forma causante de escándalo en una sociedad aún conservadora que consideraba a esta representación de cuerpos desnudos como un atentado al pudor y al decoro.
En el monumento, que actualmente se exhibe en los jardines del Malecón 2000 de Guayaquil, se aprecia a una voluptuosa y sensual mujer, la Bacante, apoyada en estado de éxtasis sobre un vigoroso ser antropomorfo, el Fauno, que la mira sonriente. Ambos evocan uno de los mitos más antiguos de la humanidad: la Bacante como la alegoría del “alma al cerrar los ojos al pensamiento”[i] y el Fauno, como “los deseos que no deben ser reprimidos, sino entregados sabiamente a la vida”.
Datos técnicos
  • Nombre del bien: Postal La Bacante
  • Tipo: Tarjeta postal
  • Denominación: La Bacante
  • Fecha: Siglo XX
  • Casa impresora: Instituto Geográfico de Agostini-Novarra Italia
  • Porte: 15 centavos
  • Motivo o cachet: Obra escultórica de la Bacante
  • País: Ecuador
  • Material: Papel fotografía
  • Emisor: Correos del Ecuador
  • Integridad: 78%
  • Estado de conservación: ef
  • Dimensiones: 105 x 147 mm
  • Borde: Liso
  • Color: Ocre verdoso

Descripción técnica
Postal con coloración ocre verdoso, con una vista del monumento a La Bacante localizada en el Parque Montalvo de la ciudad de Guayaquil. Se puede apreciar vegetación e iluminarias del parque.
En la parte inferior se lee la descripción de la postal en español: "La Bacante - Guayaquil-Ecuador" - "The Bacante - Guayaquil-Ecuador". En el reverso, en la zona superior derecha, existe un sello de color verde con el valor facial: 15 CENTAVOS.
Fuentes Consultadas:

[i] El Fauno y la Bacante: la pasión por el Clasicismo, en: http://scriptorum-guayaquilensis.blogspot.com/2010/01/el-fauno-y-la-bacante-la-pasion-por-el.html
Imagen de la página del Museo Numismático del BCE

jueves, 9 de abril de 2020

Lo que callamos los sarcásticos:


1. Tenemos sentimientos y a veces si nos duele cuando (no) le caemos mal a alguien.


2. En ocasiones hablamos en serio y da rabia que la gente no distinga y valore esos momentos.


3. Es una desgastante responsabilidad tener la respuesta correcta, en el momento oportuno, obviamente para importunar.


4. Incordiar sí, faltar el respeto no. La línea es tan delgada que resulta complicado no cruzarla a veces y luego debes asumir las consecuencias.


5. Se dice que tenemos una gran inteligencia para tener la respuesta incómoda oportuna... Y es esa misma inteligencia la que nos dice que no creamos todo lo que se dice...


6. Se dice que tenemos un ego muy grande...¿En realidad creen que tenemos tiempo de creernos la gran cosa si andamos maquinando cómo incordiar a las personas???


7. Mientras más seas parte de nuestros incómodos chascarrillos,  significa que existe una mayor estima. Así que, si has sufrido en varias ocasiones con nuestros incordios, siéntete bendecido con una incondicional amistad.


8. Disfrutamos de los comentarios de otros sarcásticos, siempre y cuando vibren en la misma sintonía, si no, siempre está de promedio la "pokerfeis" y los ojos entorchados hacia arriba, en la mente.


9. Nos toca mordernos la lengua para no salir con babosadas, en esos momentos en los que incordiar podría verse como políticamemte incorrecto. Pero esa misma lengua se venga después de uno mismo, incordiando con nuestra correcta política de amor por lo sardónico


10. Antes de publicar cosas irreverentes, pensamos en nuestros padres, tíos, suegros, profesores, jefes y todos aquellos que están en nuestras redes y se pueden escandalizar con lo que dices. Y entonces decimos ya nadafff alv.

miércoles, 8 de abril de 2020

El jetlag en tiempos de cuarentena

Me estanqué, atrapada en el jetlag de una cuarentena dispuesta a gotero. Atrás queda el insomnio ese de antaño, que se produce durante horas de la madrugada por razones cómo el trabajo, el transporte público, la puntualidad y los tocs clásicos.

Los insomnios de esta cuarentena son distintos,  se dan a plazos... Unos durante el día, luego de cada siesta y otros durante la noche, en ese otro momento en el que los pensamientos sobre la pandemia se entremezclan con el menú del siguiente día, el ahogo del confinamiento, la incredulidad ante la estupidez humana o la recesión, que está al otro lado de la segura puerta de ingreso a casa...

¿Qué huella dejamos a nuestros hijos?

  Sé que muchos no leerán la siguiente lista de enunciados y reflexiones, pero para aquellos a los que llamé su atención, les insto a que le...