viernes, 29 de mayo de 2020

LA TRANSFIGURACIÓN DEL PATRIMONIO DOCUMENTAL ECUATORIANO

https://www.elcomercio.com/tendencias/conservacion-archivos-historia-ecuador.html
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El historiador Guillermo Bustos en su artículo “Pasado y presente de los archivos históricos en Ecuador”, publicado en la revista Procesos, hace una reseña de  estos bienes documentales a través del tiempo y comenta cómo la falta de políticas públicas ha mermado su conservación. 

Bustos nos dice que: “Desde que los países latinoamericanos iniciaron su vida como Estados independientes surgió la necesidad de organizar la información relativa a la administración pública” y que en  el Ecuador, a partir del año 1938, se “dio curso a la efectiva organización de su archivo nacional”; acota  además que Rafael Euclides, primer paleógrafo del archivo, “reconocía con crudeza (que los) ‘[…] archivos coloniales y republicanos han permanecido arrumados en húmedos sótanos […]’’, denotando con ello la falta de interés por parte del Estado ecuatoriano en la conservación de los acervos documentales. 

Según el autor,  la puesta en valor de los archivos públicos en el Ecuador es tardía en comparación con otros países latinoamericanos, lo que generó un grave problema que acrecentó  con el tiempo. Ya en los siglos XIX y XX existía una preocupación por parte de “intelectuales de todas las tendencias ideológicas” y de personajes ilustres, quienes promulgaron su malestar frente al descuido por parte del Estado en temas referentes a la  constitución de los archivos públicos.

En  su artículo, Bustos comenta que desde la creación del Archivo Nacional, este supo tomar las medidas respectivas para dar cumplimiento a su  labor de: recopilar, organizar y preservar los documentos públicos que acogía; pero argumenta que también tuvo falencias entre otras cosas, al no proyectar su espacio físico donde archivar los documentos públicos que a diario se generaban y que se continúan generando. Además nos dice que la “indiferencia estatal hacia este sector (el de archivos), la falta de recursos económicos, inobservancia del Consejo Nacional de Archivos de sus responsabilidades, (un) bajo nivel de preparación técnica en el personal […]” generó una carencia  de políticas que rijan el manejo de los archivos en el país. Por otro lado, Bustos señala que existieron instituciones tanto públicas como privadas que se plantearon la tarea de recuperar y conservar los archivos públicos. 

Finalmente, el autor nos dice que “la inexistencia de una política pública sobre el manejo de patrimonio documental, el fracaso del Consejo Nacional de Archivos en cumplir sus responsabilidades, la falta de conocimiento y estima que la sociedad y el aparato educativo tienen sobre los repositorios de la memoria”, han producido una inoperancia por parte del Estado en la conservación de los archivos documentales. 

De acuerdo a lo expuesto por el autor, es necesario que exista una política pública que norme el manejo y conservación de los bienes documentales. Actualmente el patrimonio documental ecuatoriano está en riesgo; sino se corrige las falencias, gran parte de la memoria del país se puede perder. La labor de crear políticas es una responsabilidad de todos los ecuatorianos, tanto de los profesionales de ramas afines a la archivología,  como del público en general que acude a estos recintos con la finalidad de investigar acerca de la historia del país. 

2013

Reflexiones personales acerca de la falsificación documental


La falsificación de documentos resulta un tema interesante y que se debe analizar con lupa, literalmente.

Cuando pequeños (tal vez podría depender de la sociedad en que se crece), en ocasiones uno se ve tentado sin conocimiento de causa a falsear, en principio nuestra palabra, ya que no sabemos escribir y luego también a través de la escritura. ¿Quién no se ha visto por lo menos tentado a falsificar la firma de los padres o a cambiar la calificación en la libreta de calificaciones?  Es con el tiempo que uno empieza a tomar conciencia de que este acto, en el que el fin es obtener un beneficio pero no de la mejor manera, puede ser condenado, a veces cómo un delito penal o  a veces con un mal visto de personas allegadas.

Una vez, un colega restaurador acudió a mí para pedirme que participe con él en un proyecto de intervención de bienes culturales del Estado. En ese momento yo me encontraba trabajando en una institución pública, y por ello me era imposible participar, ya que como funcionaria pública no podía ejercer otro trabajo para el Estado.

Entonces mi colega me comentó que la verdad no era que requería que trabaje directamente con él porque ya tenía conformado su equipo de trabajo, lo que necesitaba era presentar mi perfil como parte de la propuesta con la que iba a postular y para ello necesitaba únicamente mis firmas como contratista de la intervención, que luego él se haría cargo de todo y que me pagaría mensualmente por que vaya a firmar la documentación requerida. Rotundamente me negué.

Luego de un tiempo, cuando ya había olvidado todo esto, me encuentro con otra colega y me me felicita por participar en un proceso de contratación. Perpleja, le digo que yo no he participado en nada y mientras venía a mi mente incidente antes mencionado. Muy molesta averigüé sobre el tema y me encuentro con mi nombre en el proceso de contratación. ¿Cómo es posible que mi nombre figure ahí como contratista? Pues este “colega” con el que anteriormente había participado y quien, al margen, no tenía título de restaurador, debió haber tomado documentos de trabajos anteriores y falsificado mi firma.

Este incidente me molestó mucho, sobre todo porque si hubiese “ganado” me vería muy afectada y podía incluso hasta perder mi trabajo e incurrir en algún tipo de delito. Por suerte no “gané”. Luego de ello no supe de esta persona. Ahora no sé cómo actuaría frente a él y la verdad en ese momento ni pensé en hacer o no algo frente a este hecho.

Y así a través del día a día, uno se puede dar cuenta de cómo se alteran documentos, a veces se puede sentir tentado, por ejemplo cuando se requiere la firma del jefe para algún trámite y éste es muy ocupado y no tiene tiempo para uno, pero luego se recapacita y se piensa en lo que estas simples acciones pueden ocasionar.


Casos y causas de Falsedad Documental


Para el desarrollo del presente trabajo, se analizarán artículos de diarios del Ecuador, todos ellos enmarcados en la falsificación de documentos y uso de los mismos.

“Países reaccionan ante la falsificación de documentos”, señala el encabezado de un artículo escrito en diario El Tiempo, la noticia refiere acerca de un jugador de fútbol colombiano, Rinson López, quien habría falsificado sus documentos de identificación para hacerse pasar como ciudadano ecuatoriano.

López, conocido en la esfera futbolística del Ecuador, habría pertenecido a varios clubes ecuatorianos, antes de que el club El Nacional, que era “el único equipo ecuatoriano que no ha admitido extranjeros en toda su historia”, lo contrató creyendo que era ecuatoriano, sin conocer su verdadera nacionalidad, culminando así con una tradición de 53 años.

La Federación Ecuatoriana de Fútbol FEF, sancionó al jugador tan solo con seis meses de suspensión, por presentar documentación alterada, esto ya que el jugador pidió disculpas públicas por el hecho cometido y  tal como lo menciona el diario El Telégrafo en su artículo “López y Moreno, sancionados; González y Araujo en investigaciones por falsificar documentos”, el futbolista colaboró con la investigación.

El deportista comentó que “había personas que me querían ayudar pero me ayudaron de la manera incorrecta. Me sacaron ese documento y ahora me doy cuenta de que podía nacionalizarme tranquilamente”.


Otro caso de falsificación de documentos es el recabado en el diario El Telégrafo en su artículo “Falsos certificados de salud eran comercializados de $ 5 a $ 7”. En este se menciona la detención de seis personas que presuntamente se dedicaban a la falsificación de certificados médicos. Estos certificados, eran comercializados en una de las paradas de autobús en los Distritos Florida y Portete de la ciudad de Guayaquil. Irónicamente dicha parada se encontraba junto a la Unidad de Vigilancia Comunitaria del sector. Los presuntos falsarios se acercaban a personas que detectaban no eran de la zona y ofrecían los documentos, en el caso de necesidad de faltar al trabajo o si los solicitaban para ingresar a laborar en alguna institución.

Tras un mes de investigación se pudo establecer el hecho y agentes realizaron allanamientos en tres domicilios, en los que se decomisaron certificados médicos con logos del Ministerio de Salud Pública, así como equipos y material para efectuar el delito: “tres máquinas de escribir, una máquina plastificadora, un arma tipo cartuchera doble cañón de fabricación nacional, ocho celulares de los cuales uno estaba reportado como robado, dos placas de metal antibala”.

El costo de venta de estos certificados falsos era de entre $5 y $7, otra ironía ya que la documentación original es gratuita claro está siempre y cuando se haga la evaluación de la persona que requiera de dicho certificado.

Los detenidos quedaron con prisión preventiva, se les acusó de delito de asociación ilícita tipificado y se les sancionó con pena privativa de libertad de tres a cinco años.


Un tercer caso es el mencionado en el artículo “Hasta 7 años de cárcel para quienes inscribieron títulos falsos” del diario Metro, escrito a inicios del 2016 y que refiere a la investigación llevada a cabo sobre la inscripción de títulos falsos en la Secretaría Nacional de Educación Superior Ciencia y Tecnología (Senescyt), investigación llevada a cabo desde octubre de 2015.

De acuerdo a declaraciones del director de dicha Secretaría, René Ramírez, se identificaron “ataques de hackers en octubre y descubrieron que había inscripciones de títulos irregulares”, luego de lo cual se contactaron con las universidades en las que se presentaban inconsistencias en 366 títulos.

Galo Chiriboga, fiscal de la Nación de ese entonces, acotó que existen dos consecuencias penales en este caso, por una lado la falsificación y uso de documentos falsos y por otra el ejercicio ilegal de la profesión, las cuales tienen una pena de 5 a 7 años de prisión y seis a un año de cárcel respectivamente.


Por último, en el diario El Tiempo se puede leer el artículo “Cae presunta red delictiva que operaba en la ANT”, el mismo que establece a grosso modo las intervenciones realizadas alrededor de varias provincias del Ecuador.

Dentro del operativo se realizaron 48 allanamientos que dejaron 51 detenidos, entre los que figuraban 25 funcionarios de la Agencia Nacional de Tránsito, de los Gobiernos Autónomos Descentralizados y de la Comisión de Tránsito del Ecuador, así como también 22 tramitadores y 4 policías en servicio activo.

César Navas, Ministro del Interior, anunció que a través de una investigación efectuada a agentes de la Dirección General de Inteligencia DGI, que duró seis meses, “se logró identificar a organizaciones que ofrecían servicios ilícitos como: aumento de frecuencias de transportes interprovinciales, obtención de licencias profesionales, cambio de categorías de licencias, recuperación de puntos en licencias de conducir, matriculación de vehículos y otros trámites para la obtención de documentos habilitantes en materia de tránsito.”. Esta investigación puso al descubierto que los involucrados en este acto delictivo, obligaban a sus víctimas a pagar desde 125 hasta 30.000 dólares por cada trámite realizado.”

En la página web de la policía del Ecuador, a diciembre de 2017, se establece que “los detenidos fueron puestos a órdenes de la autoridad competente a fin de determinar su culpabilidad y las evidencias se encuentran bajo cadena de custodia; sin embargo, se continúa con las investigaciones para esclarecer los hechos”.


Una vez analizados los presentes artículos, se puede concluir que existen diversos tipos de estafas a través de la falsificación de documentos y/o su uso, que afectan en más o en menos, a una o varias personas. En ocasiones esta falsificación o más bien el uso de estos documentos tal vez no sea algo trascendental y también puede ser por falta de conocimiento de la persona que está llevando a cabo el delito, pero en el caso de las personas que realizan la falsificación y que además forman parte de una organización delictiva, considero debe caerles todo el peso de la ley, ya que por un lado lucran con su delito y por otro involucran a otras personas a cometer una infracción que en ocasiones puede ser muy grave, como lo es algo que frecuentemente ocurre en el país y es que funcionarios públicos otorguen documentos a personas incompetentes, tal es el caso de individuos que obtienen licencia de conducir para buses, cuando no cumplen con el necesario perfil ni profesional, ni psicológico y acontecen continuamente hechos lamentables en las vías.

En el caso del futbolista, se cometió alteración de la documentación de identificación; en el de los certificados de salud, alteración y suposición; en el de los títulos falsos, alteración y/o simulación; y en el de la red delictiva de falsificación de documentos de la Agencia Nacional de Tránsito, alteración y suposición.

Referencia bibliográfica






La escritura a mano, ¿realmente es importante?






“Mi letra no es fea, es arte abstracto vanguardista como manifestación psicodeprimida de mi yo moderno” versa un meme en las redes.

Y es que así como ha sucedido a lo largo del tiempo, la escritura y las formas de escribir actuales han tenido una especie de evolución o involución dependiendo de cómo se lo mire; encontrándonos en ocasiones frente a uno, con una deficiente escritura manual que en broma podemos catalogarla como arte abstracto, es decir que se convierte en una expresión que “no representa objetos de la realidad, sino nuevas formas”.

Muchos de los niños y adolescentes de estos tiempos, que han nacido dentro de la era digital e incluso algunos de los inmigrantes digitales, como los que nacimos antes del año 2000 cuando la tecnología de la web aún estaba supeditada a grandes instituciones como la NASA, tienen (o nos hemos adaptado a) otra forma de ver y sentir nuestro alrededor, situación que ocurre también en algo tan simple y complejo a la vez como lo es la escritura, lo que ha provocado una especie de mimetización que conlleva a una disminución del ejercicio de escribir a mano.

El ejercicio o actividad de escribir manualmente tiene ciertas ventajas frente a la cada vez más generalizada escritura mediante el tecleado; la primera, obliga a un mejor conocimiento de leyes ortográficas, de los sonidos y significados de las palabras, permite escribir con mayor fluidez de ideas (no estoy muy de acuerdo con esto), mejora la capacidad de leer y sobre todo potencia a la memoria, ya que, mediante la escritura se puede tener un conocimiento profundos de conceptos, cosa que es un poco más compleja de que ocurra cuando se usa un teclado que tiende a conseguir un recuerdo más literal pero pobre en retentiva de conceptos, es decir sin procesar la información. A través de la escritura manual “se crea una representación interna de las letras que involucra la integración de las áreas visuales y motoras del cerebro.”

Para la grafoterapeuta Mari Carmen Martínez Darsés “escribir a mano ayuda a los niños a mejorar sus habilidades motrices, a aprender a expresarse y a generar ideas, porque exige que compongan la frase mentalmente antes de redactarla de su puño y letra. Además, los movimientos secuenciales de los dedos que requiere la escritura manual, activan regiones del cerebro que involucran el pensamiento, el lenguaje y la memoria a corto plazo”, también para esta especialista, mediante la escritura a mano se puede testear la personalidad de una persona “Con doce únicos movimientos o trazos realizamos todas nuestras letras. Cada uno de ellos está ligado a una función nerviosa. Su aparición en exceso o defecto, y las características con que se ejecutan, describen a la persona mental, física y emocionalmente”.

Uno puede recordar brevemente esos momentos de la niñez en la que se debía cumplir con planas enteras de caligrafía, en la que se nos enseñaba a no salirnos de los renglones y a dibujar palitos con colita y círculos que luego se iban uniendo y transformando en prolijas palabras cursivas, ejercicios que permitían la “práctica de la redondez y disfrutar de la belleza de los trazos, en los estudios grafolóficos”. Con mucha remembranza y mucho esfuerzo, se puede buscar en la mente los rezagos de estos ejercicios caligráficos que parecerían no ser importantes pero que en ellos se iba forjando el  reflejo de nuestras personalidad.

Pero considero que también hay que percibir y sobre todo aceptar que tanto la forma de enseñanza como de aprendizaje han cambiado y nos encontramos frente a diversas maneras de entender el mundo y diversas herramientas para llegar a esta comprensión. Debe ser por ello que países como Finlandia, cuyo sistema educativo es considerado como el mejor del mundo, ha optado por suprimir (no radicalmente) la escritura de su pensum de estudio.

Y es que Finlandia no pretende eliminar por completo la escritura manual, si no únicamente la cursiva, es decir, en las escuelas se sigue impartiendo el aprendizaje de trazos de letra imprenta, pero no es obligatoria la “enseñanza de la letra seguida o caligrafía cursiva que ahora se suele impartir junto a la primera” ya que según Minna Harmanen, responsable del Instituto Nacional de Educación finlandés, “la caligrafía cursiva es una tradición” y que “solo se usa en el colegio”.

Harmanen nos dice que “los cuadernos personales son menos frecuentes en las escuelas que los libros de ejercicios, donde hay que escribir menos. Después, en la vida laboral, casi todos los textos los realizamos con el ordenador y por lo tanto la habilidad de mecanografiar con fluidez es importante”. Pero la enseñanza de la escritura manual utilizando un útil de escribir no desaparece ya que “se considera muy importante para mejorar las habilidades motoras finas, para adquirir destrezas y memoria.”

Según una investigación denominada Handwriting development, competency, and intervention, en la escritura manual se encuentran entrelazadas “habilidades de control motor fino, la integración bilateral y visual, la planificación motora, la propiocepción, la atención sostenida y la percepción sensorial de los dedos” y en ello radica la importancia de continuar con el aprendizaje de la misma.

Para finalizar quisiera hacer referencia a la película El libro de los secretos, de los hermanos Hughes, película que se desenvuelve en un escenario post apocalíptico luego de una guerra nuclear y en la cual al escasear el agua, esta se convierte en un elemento vital por el cual varios bandos luchan. Pero además de ello, durante casi toda la trama, el villano Carnegie, representado por Gary Oldman busca y persigue al protagonista Elí, representado por Denzel Washington, quien es un “guerrero caminante de espíritu místico”, con la finalidad de hacerse de un libro que lleva este último y en el cual se encuentran grandes secretos con los que se podría dominar a los poblados que sobrevivieron.

Lo interesante de esta película en lo que respecta al presente resumen, es que parece ser que toda la gente a excepción de Elí y Carnige son analfabetos, pudiendo ser que en un pasado remoto, la gente desistió de aprender a escribir manualmente y recurrió a depender de la escritura tecnológica; de esta manera, cuando ocurrió el apocalipsis, al no contar con aprendizaje de escritura manual las personas se volvieron analfabetas y dispuestas a ser gobernadas por aquél que tuviera el conocimiento.

Referencias

http://www.abc.es/sociedad/20140616/abci-caligrafia-escribir-mano-ordenador-201406141916.html#.U57FlAQB2Fc.facebook
http://www.abc.es/sociedad/20141203/abci-finlandia-educacion-escritura-mano-201412030753.html

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