“Mi letra no es fea, es arte abstracto vanguardista como manifestación psicodeprimida de mi yo moderno” versa un meme en las redes.
Y es que así como ha sucedido a lo largo del tiempo, la
escritura y las formas de escribir actuales han tenido una especie de evolución o involución dependiendo de cómo se lo mire; encontrándonos
en ocasiones frente a uno, con una deficiente escritura manual que
en broma podemos catalogarla como arte abstracto, es decir que se
convierte en una expresión que “no representa objetos de la realidad, sino
nuevas formas”.
Muchos de los niños y adolescentes de estos tiempos, que han
nacido dentro de la era digital e incluso algunos de los inmigrantes digitales, como los que nacimos antes del año 2000 cuando la tecnología de la web aún
estaba supeditada a grandes instituciones como la NASA, tienen (o nos hemos
adaptado a) otra forma de ver y sentir nuestro alrededor, situación que ocurre
también en algo tan simple y complejo a la vez como lo es la escritura, lo que
ha provocado una especie de mimetización que conlleva a una disminución del
ejercicio de escribir a mano.
El ejercicio o actividad de escribir manualmente tiene
ciertas ventajas frente a la cada vez más generalizada escritura mediante el
tecleado; la primera, obliga a un mejor conocimiento de leyes ortográficas, de los
sonidos y significados de las palabras, permite escribir con mayor fluidez de
ideas (no estoy muy de acuerdo con esto), mejora la capacidad de leer y sobre
todo potencia a la memoria, ya que, mediante la escritura se puede tener un
conocimiento profundos de conceptos, cosa que es un poco más compleja de
que ocurra cuando se usa un teclado que tiende a conseguir un recuerdo más literal
pero pobre en retentiva de conceptos, es decir sin procesar la información. A través
de la escritura manual “se crea una representación interna de las letras que
involucra la integración de las áreas visuales y motoras del cerebro.”
Para la grafoterapeuta Mari Carmen Martínez Darsés “escribir
a mano ayuda a los niños a mejorar sus habilidades motrices, a aprender a
expresarse y a generar ideas, porque exige que compongan la frase mentalmente
antes de redactarla de su puño y letra. Además, los movimientos secuenciales de
los dedos que requiere la escritura manual, activan regiones del cerebro que
involucran el pensamiento, el lenguaje y la memoria a corto plazo”, también
para esta especialista, mediante la escritura a mano se puede testear la
personalidad de una persona “Con doce únicos movimientos o trazos realizamos
todas nuestras letras. Cada uno de ellos está ligado a una función nerviosa. Su
aparición en exceso o defecto, y las características con que se ejecutan,
describen a la persona mental, física y emocionalmente”.
Uno puede recordar brevemente esos momentos de la niñez en la
que se debía cumplir con planas enteras de caligrafía, en la que se nos
enseñaba a no salirnos de los renglones y a dibujar palitos con colita y
círculos que luego se iban uniendo y transformando en prolijas palabras
cursivas, ejercicios que permitían la “práctica de la redondez y disfrutar de
la belleza de los trazos, en los estudios grafolóficos”. Con mucha remembranza
y mucho esfuerzo, se puede buscar en la mente los rezagos de estos ejercicios
caligráficos que parecerían no ser importantes pero que en ellos se iba
forjando el reflejo de nuestras personalidad.
Pero considero que también hay que percibir y sobre todo
aceptar que tanto la forma de enseñanza como de aprendizaje han cambiado y nos
encontramos frente a diversas maneras de entender el mundo y diversas
herramientas para llegar a esta comprensión. Debe ser por ello que países como
Finlandia, cuyo sistema educativo es considerado como el mejor del mundo, ha
optado por suprimir (no radicalmente) la escritura de su pensum de estudio.
Y es que Finlandia no pretende eliminar por completo la
escritura manual, si no únicamente la cursiva, es decir, en las escuelas se
sigue impartiendo el aprendizaje de trazos de letra imprenta, pero no es obligatoria la “enseñanza de la letra seguida o caligrafía cursiva que ahora se
suele impartir junto a la primera” ya que según Minna Harmanen, responsable del Instituto Nacional de Educación finlandés, “la caligrafía
cursiva es una tradición” y que “solo se usa en el colegio”.
Harmanen nos dice que “los cuadernos personales son menos
frecuentes en las escuelas que los libros de ejercicios, donde hay que escribir
menos. Después, en la vida laboral, casi todos los textos los realizamos con el
ordenador y por lo tanto la habilidad de mecanografiar con fluidez es
importante”. Pero la enseñanza de la escritura manual utilizando un útil de
escribir no desaparece ya que “se considera muy importante para mejorar las
habilidades motoras finas, para adquirir destrezas y memoria.”
Según una investigación denominada Handwriting
development, competency, and intervention, en la escritura manual se encuentran entrelazadas “habilidades de
control motor fino, la integración bilateral y visual, la planificación motora,
la propiocepción, la atención sostenida y la percepción sensorial de los dedos”
y en ello radica la importancia de continuar con el aprendizaje de la misma.
Para finalizar quisiera hacer referencia a la película El libro de los secretos, de los
hermanos Hughes, película que se desenvuelve en un escenario post apocalíptico
luego de una guerra nuclear y en la cual al escasear el agua, esta se convierte
en un elemento vital por el cual varios bandos luchan. Pero además de ello,
durante casi toda la trama, el villano Carnegie, representado por Gary Oldman
busca y persigue al protagonista Elí, representado por Denzel Washington, quien
es un “guerrero caminante de espíritu místico”, con la finalidad de hacerse de
un libro que lleva este último y en el cual se encuentran grandes secretos con
los que se podría dominar a los poblados que sobrevivieron.
Lo interesante de esta película en lo que respecta al
presente resumen, es que parece ser que toda la gente a excepción de Elí y
Carnige son analfabetos, pudiendo ser que en un pasado remoto, la gente
desistió de aprender a escribir manualmente y recurrió a depender de la escritura
tecnológica; de esta manera, cuando ocurrió el apocalipsis, al no contar con
aprendizaje de escritura manual las personas se volvieron analfabetas y
dispuestas a ser gobernadas por aquél que tuviera el conocimiento.
Referencias
http://www.abc.es/sociedad/20140616/abci-caligrafia-escribir-mano-ordenador-201406141916.html#.U57FlAQB2Fc.facebook
http://www.abc.es/sociedad/20141203/abci-finlandia-educacion-escritura-mano-201412030753.html
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