Otro día más!
Heme aquí en el acogedor y humano trolebus. Perdiéndome entre música, pitidos y carcajadas de transeúntes avinagrados.
Supuse iba a encontrar asiento pronto, pero el carromato, personaje también de esta tragicomedia, continúa su camino y aún sigo como Atlante cargando emtre los hombros el cielo y la fatiga de un día caluroso en su gris estancia.
Al fin sucede... tomó asiento y el dolor y fatiga no se minimizan. Me preocupo.
Se pronostica tortícolis con ligera tendencia hacia el lado derecho. Ruego llegar a casa, ponerme una compresa, olvidar algunos de los pendientes y que la tozudez de mi yo creador de historias fatales, se apacigüe.
Veo por la ventana y compruebo que el viaje aún no llega a fin pero sí estas notas. Ciao!
martes, 26 de septiembre de 2017
Poner punto y respiro
Poner un punto y respiro al hora a-hora...
Caminar en la quietud, divagar distante de los problemas y ansiedades y retomar tan Buenos malos hábitos es lo que necesito. Ah y tal vez una copa de zumo de limón y pepinillos.
Importantes son los objetivos, las metas, los proyectos y las esperanzas, pero más vitales son los propósitos , la trama y la urdimbre universal.
Y entre los hilos de los propósitos está ese aquí ahora segundo instante infinito medular.
Para que estamos.
Para que estoy
Para que está esa chica aniñada que no desea hacer fila en el trolebus e irrumpe por encima de dos o tres mortales cuando todo el espacio está casi vacio.
Para que existo, para que me moleste porque es injusto que piense que tiene más derechos sobre los que habitualmente se dibujan uno tras otro en hilera dilatada.
Existo en este ahora en que es probable que la máquina de esta carcacha se funda y deje de caminar. Y aún cuando esto implique una fatal espera para llegar a mi hogar, instintivamente me alegro porque la señorita muere de iras del mal sabor que le deja tomar el servicio público de porquería que tenemos.
Caminar en la quietud, divagar distante de los problemas y ansiedades y retomar tan Buenos malos hábitos es lo que necesito. Ah y tal vez una copa de zumo de limón y pepinillos.
Importantes son los objetivos, las metas, los proyectos y las esperanzas, pero más vitales son los propósitos , la trama y la urdimbre universal.
Y entre los hilos de los propósitos está ese aquí ahora segundo instante infinito medular.
Para que estamos.
Para que estoy
Para que está esa chica aniñada que no desea hacer fila en el trolebus e irrumpe por encima de dos o tres mortales cuando todo el espacio está casi vacio.
Para que existo, para que me moleste porque es injusto que piense que tiene más derechos sobre los que habitualmente se dibujan uno tras otro en hilera dilatada.
Existo en este ahora en que es probable que la máquina de esta carcacha se funda y deje de caminar. Y aún cuando esto implique una fatal espera para llegar a mi hogar, instintivamente me alegro porque la señorita muere de iras del mal sabor que le deja tomar el servicio público de porquería que tenemos.
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