jueves, 8 de marzo de 2012
Telegrama desde los despojos
Te escribo desde aquí, desde lo más bajo. Desde la soledad, desde la penumbra, desde la carencia de ti. Me dirijo para despedirme, para entregarte lo que me hace falta y desaparecer. Me convierto en fantasma, en objeto inanimado. No me extrañes, no me pienses, déjame caer.
"Sin alas para volar" (JS)
El aliento de la muerte me hiela hasta la traquea. Me susurra y me está volviendo loca. Jamás pensé tenerla tan cerca, jamás pensé haberla sentido a mis espaldas.
La vi, pero no la reconocí sino cuando ya fue demasiado tarde.
Vil muerte, no te apiadaste, no quisiste esperar siquiera una década más, solo nos empujaste hacia el barranco del dolor y ni siquiera reíste como tal vez hubiese imaginado, no fue así, en cuanto te vi, te encontré triste también.
Y luego tenía miedo siquiera de nombrarte, es ahora después de tantos meses en que he sacado fuerzas para pensar que en verdad existes. Muerte.. que nos hiciste sentir el verdadero sabor de la amargura.
Y es verdad que se mitiga la pena? Pues se amortigua más bien, pero no desaparece, cada día hay un lapso incalculable en el que la infame se columpia sobre nuestros hombros.
Y a vivir con ella... Vivir... vaya palabrita.
De un tiempo acá, no me encuentro muy bien, al menos en la soledad; el insomnio está haciendo mella en mí, se nota en las ojeras, y el sonido interno de la incertidumbre me hunde en una brutal depresión.
Quiero salir.... pero por más que lo intento, no encuentro las llaves de mis ataduras.
La vi, pero no la reconocí sino cuando ya fue demasiado tarde.
Vil muerte, no te apiadaste, no quisiste esperar siquiera una década más, solo nos empujaste hacia el barranco del dolor y ni siquiera reíste como tal vez hubiese imaginado, no fue así, en cuanto te vi, te encontré triste también.
Y luego tenía miedo siquiera de nombrarte, es ahora después de tantos meses en que he sacado fuerzas para pensar que en verdad existes. Muerte.. que nos hiciste sentir el verdadero sabor de la amargura.
Y es verdad que se mitiga la pena? Pues se amortigua más bien, pero no desaparece, cada día hay un lapso incalculable en el que la infame se columpia sobre nuestros hombros.
Y a vivir con ella... Vivir... vaya palabrita.
De un tiempo acá, no me encuentro muy bien, al menos en la soledad; el insomnio está haciendo mella en mí, se nota en las ojeras, y el sonido interno de la incertidumbre me hunde en una brutal depresión.
Quiero salir.... pero por más que lo intento, no encuentro las llaves de mis ataduras.
Ave fenix de alas rotas
De vuelta a las masmorras, donde pertenezco. Esa es mi condición, en eso fui creada.
Ave fenix de alas rotas, resurjo de las llamas tan solo para vivir tristemente en las cenizas, devorando la carroña de un tiempo hace horas ya pasado.
Ya no estoy más viva, solo respiro, solo me alimento, solo me conduzco por entre falsedades, sin un timón, sin una cuerda, una liana que me ligue a la realidad. Me he convertido etereamente en la nada.
Me desgarro desde adentro.... Carne pútrida, infectada, corroida. Y sigo aquí mas miserable y desgraciada que de costumbre. Me derrumbo y caigo en el lodo envileciéndome hasta el aliento.
Ave fenix de alas rotas, resurjo de las llamas tan solo para vivir tristemente en las cenizas, devorando la carroña de un tiempo hace horas ya pasado.
Ya no estoy más viva, solo respiro, solo me alimento, solo me conduzco por entre falsedades, sin un timón, sin una cuerda, una liana que me ligue a la realidad. Me he convertido etereamente en la nada.
Me desgarro desde adentro.... Carne pútrida, infectada, corroida. Y sigo aquí mas miserable y desgraciada que de costumbre. Me derrumbo y caigo en el lodo envileciéndome hasta el aliento.
sábado, 3 de marzo de 2012
HE VUELTO A CAER
Un soplo de abyecta ironía, casi impalpable, sin sombras ni contornos surge inquebrantable. Está y es y se presenta frente a mí, insultándome, burlándose, faenándome.
Me dejo llevar, me desplomo ya sin esperanzas sobre las estelas del derrumbe y contemplo impávida cómo se destroza mi ausencia de ti, las horas inciertas repican arrugando mi conciencia, apilando nostalgias, envenenándome, intoxicándome.
Hablo con tu sombra en mi memoria y ella calla. Ya no dice nada, hace tiempo sus palabras se han trizado, pero ella continúa, asutándome, ignorándome, agobiándome.
Sal de mi cerebro, salta, huye, no dejes huellas; que bien te puede hacer quedarte en mí, ten compasión de esta miserable que se destiempla de la verdad para encontrarte en su imaginario, mira las lágrimas rodar entre el maquillaje y apiádate de mí. Corta la soga que me acaricia el cuello, suelta las amarras de mis muñecas, déjame ser libre, déjame odiarte, indúltame de mis pecados.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
¿Qué huella dejamos a nuestros hijos?
Sé que muchos no leerán la siguiente lista de enunciados y reflexiones, pero para aquellos a los que llamé su atención, les insto a que le...

-
La obra de Caravaggio, su influencia en el pensamiento religioso de la época y en su propia vida. INTRODUCCIÓN Europa siglo...
-
Enclavado en el lugar denominado por Carlos I de España como Villa Imperial de Potosí, se avista imponente hasta nuestros días el Cerro Ric...
-
Hoy precisamente hoy se reúnen en sus minúsculas realidades todos esos (incluyéndome)que aseguran que hoy hace años A no nos conquistaron. ...