Todo me enceguece.
Sal de mí nube negra, desaparece, desvanécete, déjame ser feliz.
Incertidumbre, eso soy.
Párpados pesados de tanto cavilar, sombras revoloteando en mi mente.
En la cercanía de mis ausencias te veo caminar, erguida, muy simpática,
pero feroz, odiosa y desagradable a la vez.
Vas sigilosa envileciéndome a tu paso, te siento amarga correr en mi interior.
Esfúmate de una buena vez.
Ya no me persigas más, desátate de mí y déjame huir.
miércoles, 5 de septiembre de 2012
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