lunes, 17 de septiembre de 2012

NOCHES VACÍAS (O REQUIEM DEL SUEÑO)

Un ruido enceguecedor se me incrusta hasta la médula, vacilante viene y va en un incesante, incómodo y desquiciante repicar que me adormece hasta los dientes.
Me encuentro esperando la madrugada que me aniquile, mientras divago sin poder hacer alianza con el sueño.
Cierro los párpados. Es inútil, la ausencia inunda la habitación y no me deja respirar si quiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué huella dejamos a nuestros hijos?

  Sé que muchos no leerán la siguiente lista de enunciados y reflexiones, pero para aquellos a los que llamé su atención, les insto a que le...