miércoles, 16 de enero de 2013

EXPLOSIÓN, RABIA Y ARREBATO

Acabé por quebrarme....
Todo tiene en su tiempo, un tiempo,  un objetivo y un motivo.

Mas es una lástima que mis impulsos sean ciegos frente a estos hechos e irrumpan violentamente (valgan las  tres redundancias), allanando mi cordura.
Lo vi venir.
Esa sensación en la garganta, esas manos ligeramente temblorosas, esa terca ceguera interna.
Las voces cada vez más lejanas, casi perdiéndose en las esquinas, y el olor...... ese olor que da la alerta de que algo no muy bueno se avecina.

Entonces la explosión.
Entonces el arrebato.
Entonces la rabia.

No hay merced ni cura para el alma, ese abyecto ser, tan lleno de dudas, tan lleno de infamias, tan lleno de vacío,  la posee y ella frágil no hace otra cosa que entregarse. 
Aletargada por instantes entra en razón, pero como si de una bofetada se tratase, la furia la devuelve al estado máximo de enojo.
Y a pocos segundos el llanto, las lágrimas, los sollozos no se hacen esperar. Irrumpen cual ventisca de verano, trayendo consigo  ese odio a sentirse vulnerable.
Luego el momento pasa, pasa la hecatombe y alrededor solo escombros irrecuperables y esa intuición de una vergüenza, de mejillas sonrojadas por las vilezas perpetuadas, de querer huir, de querer dar pasos al frente y arrojar todo a la ventana.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué huella dejamos a nuestros hijos?

  Sé que muchos no leerán la siguiente lista de enunciados y reflexiones, pero para aquellos a los que llamé su atención, les insto a que le...