Hay mañanas en que me cuesta tanto levantar, en que me hace falta esa mirada, esa caricia; la complicidad.
Hay noches en que es difícil conciliar el sueño, porque no siento aquel calor de un beso.
Y que puedo decir del día entero... ocupando las neuronas en cosas vanas, queriendo coserme el corazón, hundiéndome en la rutina para no esperar.
Estás ahí? Dónde? Quién eres? Por favor llega ya que te necesito!
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