domingo, 6 de noviembre de 2011

Condición irrevocable

Sujeto mi alma del meñizco y se me resbala sin contemplación. 
Hirviente escalofrío  por la espínica espina dorsal. 
Alfileres como espadas incrustadas en la sien. 
Te recuerdo con mi olfato. 
Te arrancaré el corazón y me lo comeré.
No me dejes, aunque vilmente te arrebate de un solo tirón tu respiración.


28 de agosto 2011

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