Cuando te tenía enterrado, olvidado, empolvado... regresaste.
Mi mente se pregunta que hacer cuando resurgen tus recuerdos en lo onírico, pero tú estás tan ausente.
Detesto este juego de palabras y sentimientos; apuesto mi cordura a la pasión de la que me despojas.
Cómo entregarme por completo al azar, si tengo miedo de caer abismalmente con las muñecas atadas y la boca ensangrentada, mordida por el dolor.
30-08-11
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