jueves, 8 de diciembre de 2011

DUELE TANTO EL ABANDONO

En este instante te aborresco.
Se ahonda en mí tu insolencia. Te introduces en mi vida, me vuelves añicos y te vas. No logro explicarme de ninguna manera que impertinecia cometí.
Sostuviste mi mano y me hiciste subir, nunca la soltaste e inclusive tomaste también parte de mi ser, de mis entrañas..... y creciste y te expandiste y me llenaste; y cuando estábamos en lo más alto, desde donde solo se miraban minúsculas sombras exiguas..... sucedió lo impensable: me soltaste.
Que fue lo que te impulsó a dejarme caer, a aventarme en la incertidumbre, cuando me habías llevado tan lejos?
Que te motivo a driblarme el alma y envenenarla?
Mientras me despego del suelo, reacciono  y ni yo misma me lo creo, desorientada me pregunto el por qué de tal descaro y no encuentro factible razón.
Miro alrededor queriendo encontrar una respuesta, una solución, pero nada.... solo un silencio sólido, desquiciante, pausado y vil. 
Me sumerjo en incógnitas y no me queda más que levantarme, sacudir mi ropa y continuar, disimulando que me duele hondamente el abandono.

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