martes, 6 de diciembre de 2011

SUTURÁNDOME LA SIEN

Sombras de enanos y gigantes se confunden frente a la pálida piel que atrapa a mis ojos, gritos vacíos, sollozos infames. Sigo esperando aquí sentada en una trastienda a que surja así de repente la ansiada felicidad que hace rato me dejó una misiva de adiós, un telegrama sin firmar.
Fantasmas en mi cabeza, quieren estallar; surgen depresores, predadores, depravados, me horadan la sien, se pintan aterradores, crecen y me rebajan.
Qué idiota soy! Tan idiota que poco a poco me convierto en inocente, creyendo las falsas palabras de aquellos a los que entregué más que un músculo detractor/corazón.
Ya déjame dejarlo por favor! Déjame resignarme a este maldito presente, no me ates a un pasado que ya nunca será, ya déjame por favor!
Necesito que se vayan los recuerdos, añoranzas, deseos no cumplidos, necesito escapar de ustedes.
Me hundo en un infierno reproducido por mi cerebro.

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