Aún cuando te ofrezco nada, vacío y las cenizas de un cigarrillo?
Qué loco estás! Ten compasión de mí, de ti, de lo que no será.
Ya estás otra vez merodeando las esquinas, ya te siento respirar otra vez en mis cabellos,
y yo sin poder entregarte más que sonrisas mordaces,
desprendiéndome torpemente de tus ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario