martes, 3 de abril de 2012

EL MOTOR DE MI ODIO NO ERES TU

No te odio a ti, no te inquietes.
Es tan solo que odio esas latacungas y esas ibarras, esos pactos, pacchijales y caimitos, odio ese tan cercano valle.
No te odio a ti, no te abrumes.
Es tan solo que odio esos búnburys y guardarrayas, esos anathemas y algo de sabinas, ay! hasta ahí llegaste.
No te odio a ti, no te agites.
Es tan solo que odio esas cartas desde iwo jima, esas trilogías del padrino, esos buenos, malos y feos, que en ocasiones el sueño o las caricias los vencieron.
No te odio a ti, no te alarmes.
Es tan solo que odio los recuerdos que te recuedan, esos rincones  recorridos y los que no también; esas canciones que eran nuestras y esas que hablan de ti sin que si quiera sepas, odio el extrañarte, odio que seas un extraño, odio no poder escapar de este odio.
Odio estas palabras.... que mientras se imprimen se coagulan y ya empiezan a apestarme.

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