Soy noche en el destierro de una mejilla sonrojada por el villano pudor. Atacada por el cinismo y la hipocresía de una traición, me consumo y me distraigo, nada de sentimentalismos por favor.
Estas hecha añicos pero igual peleas, a quién esperas ganar si ya en tus puños no se distingue, piel, carne, sangre, huesos.
En vano te esfuerzas por abrir un ojo, ese que se pierde ligeramente menos hinchado, pero logras a penas ver unas disformas siluetas, mientras de tu boquita chorrea un líquido espeso y salado que se funde con la tierra, formando un lodo de eritrocitos y sílice.
Y el peso del cuerpo te vence, pero quieres erguirte tonta tú. Te niegas a resignarte a la derrota y vuelves a propinar golpes a la nada.
Solo te pido que te recuperes de tus contusiones para que puedas por lo menos asestar un golpe menos que bajo, despréndete de la lona en la cual te has abstraido, no te ridiculices dando trompazos a las sombras, esas que ni siquiera existen; ahora que estás fragmentada, destrozada, apagada, solo descansa y acopia fuerzas para un próximo futuro irrefrenablemente por venir.
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